Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran, es dar una parte tuya, es simplemente, darte.
Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae, tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.
Cuando tú das tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya,
Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae, tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer.
Cuando tú das tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya,
está unida a la del otro, las dos manos son una.
Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano,
dejamos de ser ``yo´´ para ser ``nosotros´´.
Mi mano ya no es mía, es tuya, nuestra.
dejamos de ser ``yo´´ para ser ``nosotros´´.
Mi mano ya no es mía, es tuya, nuestra.
La mano, como el corazón, hay que compartirlo, pero no darlo.
ResponderEliminarSi no, ¿cómo vas a poder quererle?
Un saludo!