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TRECE,ese número visto por muchas personas como el número de la mala suerte. En pocos lugares se luce esta GRAN cifra. Pero para mí, es IMPRESCINDIBLE. Mi antiguo dorsal, mi número de la suerte y porque nací un día TRECE!

25 de septiembre de 2010

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No importa lo fuertes que seamos, los traumas siempre dejan cicatrices y sin quererlo, nos cambian radicalmente. Los traumas complican nuestras vidas pero quizás sea su finalidad, el dolor, el miedo, la miseria, quizás pasar por eso nos hace seguir viviendo, es lo que nos empuja a seguir adelante, luchanto contra fuertes corrientes.. 
Quizás necesitemos complicaciones, para asumir responsabilidades.

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Cielo, infierno, limbo... nadie sabe a dónde vamos, ni lo que nos espera cuando lleguemos. 
Pero lo que sí podemos decir, lo que sabemos a ciencia cierta es que hay momentos que nos llevan a otro lugar, momentos celestiales en la Tierra… 
Quizá por ahora es cuanto necesitamos saber. 



''Estás esperando un tren, un tren que te llevará muy lejos.
Sabes dónde quieres que ese tren te lleve pero no dónde te va a llevar.
Pero no te importa, porque sabes que estaremos juntos.''    (ORIGEN)

Átalo bien.

Los lazos que nos unen con otras personas son en ocasiones imposibles de explicar. Nos conectan hasta cuando deberían romperse. 
Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo, la lógica… 
Porque algunos lazos están hechos con doble nudo.

Lo sé.

Normalmente sabemos lo que hacemos, y cuando no lo sabemos, 
actuamos como si supiéramos. 

Nos gusta pensar que somos intrépidos, ansiosos por explorar terrenos desconocidos y captar nuevas experiencias, pero el hecho es que siempre estamos aterrorizados. Quizá el terror es parte de la atracción. Cogemos aire y nos zambullimos en aguas turbias. Al final del día, ¿no es eso lo que prefieres escuchar si tienes algo para beber, una amiga y 45 minutos? 
Los caminos tranquilos hacen historias aburridas. Una pequeña locura… de eso vale la pena hablar.

22 de septiembre de 2010

Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.

Con su todo es ahora, con su nada es eterno. 

He llorado en Venecia, me he perdido en Manhattan, he crecido en La Habana, he sido un paria en París, México me atormenta, Buenos Aires me mata, pero siempre hay un tren que desemboca en Madrid. 

Aunque muera el verano y tenga prisa el invierno, la primavera sabe que la espero en Madrid.

Pero siempre hay un sueño que despierta en Madrid.

13 de septiembre de 2010

Hay días y días..

Nunca sabes que el mejor día de tu vida va a ser el mejor. Los días que crees que van a ser grandes... nunca los son tanto como imaginaste. 
Los días normales, esos que empiezan igual que otro cualquiera son al final los más importantes.

Nunca sabes que el mejor día de tu vida es el mejor hasta que está sucediendo, hasta que estás justo en medio de él. 
El día que te comprometes con algo, o alguien, el día que a pesar de tus errores te dan un abrazo, el día que reconoces la verdadera amistad... 
Esos son los mejores días, los días perfectos dentro de las imperfecciones.
Son pequeños detalles los que hacen que luzcas tu sonrisa o escondas tus lágrimas.

11 de septiembre de 2010

Ojalá estuviese allí.

Todos podemos pedir un deseo al año, al soplar las velas en nuestro cumpleaños. 
Algunos pedimos más: con las pestañas, en las fuentes, al ver una estrella fugaz… y de vez en cuando alguno de nuestros deseos se cumple. ¿Y qué pasa entonces? ¿Es tan bueno como esperábamos? ¿Disfrutamos de nuestra felicidad, o nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados?...

No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas, a veces, fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo, y sabemos que quizás pedimos demasiado. 
Pero seguimos teniendo deseos, porque a veces, en momentos inesperados, se hacen realidad.