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TRECE,ese número visto por muchas personas como el número de la mala suerte. En pocos lugares se luce esta GRAN cifra. Pero para mí, es IMPRESCINDIBLE. Mi antiguo dorsal, mi número de la suerte y porque nací un día TRECE!

28 de diciembre de 2011

VOLVER A EMPEZAR DE CERO, CONTIGO O SIN TI.

Ya era hora de cambiar de aires, 
volverme loca por primera vez. 

Ya sé que algunas cosas hice mal, 
pero deja que aprenda de mi ayer.

The Lion King

El pasado puede doler, pero tal como 

yo lo veo, puedes o huir de él o... APRENDER.





19 de noviembre de 2011

Don't easy.

''A veces y de una forma muy disimulada te quise decir: ''Quédate conmigo'', tan sólo con apretar tu mano.
Otras veces quise decirte: ''No me mires más porque me río'', con rostro serio a punto de soltar una gran carcajada.

Muchas veces no quise decir nada y otra veces lo quise decir todo.

Y si a veces no digo nada y te dejo a ti hablar, es porque quiero que tampoco digas nada y me des un abrazo, de esos que me regalas.
Y si a veces te digo las cosas a gritos, es para que me calles con un beso, de esos que no me dejan respirar.


Y sí, tienes razón, no soy fácil de entender...''

16 de noviembre de 2011

Big Fish

"Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo. Lo cierto es que yo siempre fuí un iluso".


Entonces, yo también soy una ilusa.

28 de octubre de 2011

13#

No vivas para ser conocido, 
sino para ser alguien a quien valga la pena conocer..

22 de junio de 2011

No podemos fingir que no nos lo dijeron.

Todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas incitándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. 


Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.

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Cuando el día llega a su fin la fe es un misterio. Aparece cuando menos te lo esperas. 
Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado. No es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento.

A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una gran sorpresa.

23 de enero de 2011

PLAY

Ponte los cascos, tírate al suelo, y escucha el CD de tu vida. Canción tras canción, no puedes saltarte ninguna. Todo ha pasado, y de una forma u otra servirá para seguir adelante. No te arrepientas, sé quien eres. No hay nada mejor para el mundo. No existe el rebobiar, ni el ''pause''. Nunca pares la música, no dejes de descubrir sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro.
Y si se te cae alguna lágrima cuando la escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida.

Pequeña perdición.

Voy a ir donde me lleve el viento, reír cuando me de la gana, hablar sin pensar en los silencios incómodos, luchar como si nunca hubiera perdido, y atravesar los laberintos de palabras con los que intentas volverme loca.

22 de enero de 2011

La Luna a tus pies.

Dramaturgo -según palabras del comandante del MD87- y con el cuerpo flotando en una cápsula voladora, la vida se ve de distinta manera. Adivino a través de la ventanilla diminutas carreteras y pueblos de pequeñas dimensiones en la parduzca estepa castellana. El horizonte rojizo va lentamente transformándose en una fiesta de colores violetas, cárdenos y grisáceos. La noche galopa por el oeste: contemplo su dominio desde mi privilegiada posición en el cosmos.

En el crepúsculo ardiente y aéreo mi vista alcanza distancias jamás soñadas desde el contacto con la tierra. Aquí, anclados en el suelo de nuestros días, se reduce la distancia y la mirada no logra llegar más allá de lo efímero e inmediato. En el aire, por el contrario, se agranda el paisaje y crecen las emociones.
Quien haya volado en la noche habrá contemplado, en alguna ocasión, la luna llena por debajo de su mirada: la luna a tus pies. Extraño fenómeno visual. ¿Acaso el avión vuela por encima de la luna? Nuestros ojos -la luz de nuestra inteligencia- así lo certifican.
La vida es distinta a más de ocho mil metros de altura. Nada nos pertenece: ni el movimiento ni la posesión del paisaje columbrado. La luna puede verse a nuestros pies y no ser más que una falsa apariencia. Con el transcurrir de los minutos y el volar continuo la luna cambia de posición hasta situarse a la altura de nuestra mirada. Más tarde, la luna -la de los poetas y la de los locos, la de los soñadores y la de los astrónomos- asciende para reinar entre las estrellas nocturnas.

Y la reflexión accede a nuestro pensamiento casi de puntillas, sin pedir permiso. No somos más que una gota de agua en el viento, que diría Machado, y una luz perdida en el atardecer. Apenas una mancha en el horizonte y tal vez un recuerdo lejano en la memoria de aquellos que nos han conocido... ¡Es tan largo el camino de los hallazgos y tan corto el olvido!
Distinta manera de mirar y de ver la realidad, diferentes visiones de nosotros mismos y de los demás. Nada es igual a más de ocho mil metros de altura. Indefensos ante lo desconocido e inmóviles en el interior de la máquina.

Hermosa lección. Nada ni nadie está arriba o abajo. Todo depende de nuestra mirada, del punto de vista con el que miremos: ¿dónde nos colocamos? ¿Dónde nos sitúan los otros? A veces miramos a los demás desde una altura superior a ocho mil metros y creemos estar por encima. La luna a nuestros pies. Y sucede que son ellos los que están arriba, más arriba que nosotros, con independencia de nuestra supuesta sabiduría o posición social y profesional. Más arriba en afectos y valores humanos. Cuestión de perspectiva, del lugar en el que situemos corazón e inteligencia.

Acabado el vuelo, descubrimos que todo ha sido mentira, que la luna está en su sitio y que nosotros hemos llegado a nuestro destino. A veces, en el tránsito hemos mirado desde arriba para caer en deslealtades y ambiciones. La luna a nuestros pies. ¡Ingenuos! De las alturas se desciende y todo vuelve a quedar en su sitio.
Tiempo y espacio descubren caracteres y personalidades: no es fácil mantener la luna a nuestros pies.

Cuestión de tiempo y perspectiva..

                                              
*Eduardo Galán*