22 de diciembre, miércoles.
Me despierto a las 8:30AM para repasar física hasta las 10:00AM, pero hoy, al contrario que otros días, tenía música de fondo, eran esas voces infantiles.. '' ...miiiiiiiil eeeeurooooooos''
Salgo a toda prisa a pesar de estar a cinco minutos de mi colegio. Llueve. Decido salir sin paraguas haciendo frente a mi madre, me apetecía mojarme, y así, espabilarme para el examen.
11:00AM. Termino el examen y seguidamente soy víctima de mi vicio. Ha salido el sol, pero se sigue disfrutando el olor a mojado. Camino. Sin prisa. Me detengo en cada escaparate (es lo que tiene vivir en una zona donde, mires donde mires, todo son tiendas).
Sigo caminando. Mi vicio me libera. Y repito: sin prisa. Observo cada cara con la que me cruzo y con algunas, se me escapa una pequeña sonrisa.
Decido mirar a la otra acera y veo a un hombre con un libro, supongo que recién comprado, porque disimuladamente se lo acercaba a la nariz por cada página que pasaba. No podía resistirse a ese olor tan peculiar que desprenden los libros recién comprados.
Llego a casa, y mientras dejo la mochila, me voy dando cuenta de la mañana tan detallada que he vivido y que hoy, empezaban mis vacaciones de Navidad.
Hoy es miércoles, 22 de diciembre, y hoy va a ser un GRAN día para más de uno.
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